El lunes jueves 20 de noviembre de 2014 amaneció fresco, pero muy luminoso. Las vistas sobre la Ermita de San Juan, al lado de Cedillo de la Torre, son espectaculares.
Los extensos bosques de encinas con sabinas, también muestran que hay robles quejigos entre ellos, ya mudando al ocre del otoño.
Pero el camino sigue recto entre campos y arboledas, con los chopos dorándose.
En este día tan espléndido, ¿cómo me iba a quedar en casa? Las perdices rojas (Red-legged Partridge) escapan como almas perseguidas por el diablo en cuanto me ven, acostumbradas a la persecución de tanto cazador en esta época. Por suerte, todavía quedan bandos como éste, de más de veinte. ¡Qué sobrevivan!
Camino de Pajarejos, aparece una hembra de avutarda (Great Bustard) con el joven del año, más grande que ella. No las había visto nunca en este término municipal. En esta época del año, las hembras con los jóvenes se dispersan en busca de comida y tranquilidad. Espero que la encuentren.
Pero la estrella del día son los bandos de grullas (Common Crane), varios cientos, que aprovechaban la bonanza del día para dirigirse al suroeste, para pasar el invierno. En grandes V, ruidosas, no se suelen detener en su periplo.
Los corzos se juntan a pasar el invierno, en grupos, que demuestran el poco temor que tienen. ¿Cuántos hay en la foto?
Y en un lavajo en el páramo del Nordeste de Segovia, entre avefrías (Northern Lapwing), patos y chorlitos dorados (European Golden Plover), ¡sorpresa!, una pareja de grullas (Common Crane), con el joven del año, del cual no se separarán hasta la primavera.
El día acabó localizando mis avutardas locales, seis machos y una hembra aislada, en los alrededores de su territorio habitual.
Pero todo esto y mucho más se disfruta en los alrededores de Casa Rural La Robliza, en Cedillo de la Torre (Segovia). ¡Queremos compartirlo contigo!