
Hoy me ha llamado la atención la presencia aparentemente de jóvenes machos de avutarda con su madre.
Estaban donde siempre los cinco machos adultos, cuatro por un lado, y también como siempre, el quinto unos decenas de metros más separados. Muy tranquilos, comiendo, alguno de entre los cuatro con posturas de exhibición, pero tranquilos. Al poco han aparecido dos jóvenes del año pasado, patilargos y muy grandes, pero esbeltos, que se acercaban al solitario. Fijándome más, había una hembra más abajo que, después de un rato, se acerca a uno de los jóvenes, que le sigue. Han seguido andando, hasta el macho más aislado, y poco a poco le han adelantado hasta el otro joven, que también ha seguido a la hembra. Luego los otros cuatro machos también se han puesto a andar, y por un momento parecía que seguían todos a la hembra. Hasta que los he perdido.
Y justo donde estaba observando a las avutardas, estaba una hembra de sisón, nerviosa. Se ha oído el canto de un macho de sisón, y a continuación ha llegado volando hasta donde estaba la hembra, pavoneándose, erizando las plumas del cuello. En seguida, la hembra se ha puesto a correr, y el macho detrás, persiguiéndola. Cómo ha huido la hembra, hasta que les he perdido. Al rato ha aparecido el macho, cantando en su sitio habitual.