El ocaso de las aves agrícolas – El proyecto Muraves con Manolo Sierra y la Asociación Oropéndola en Nava del Rey

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Manolo Sierra delante del mural CODORNIZ – TÓRTOLA – Nunca o siempre. La llanura es la anarquía tranquila del paisaje. Roberto R. Antúnez
 

En la vasta meseta cerealista de Castilla y León, el paisaje agrícola ha sido durante siglos refugio de una extraordinaria biodiversidad. Estos paisajes, de tierras llanas y horizontes dilatados, cultivado casi en su totalidad con cereal y otras plantas herbáceas, con algunos retazos arbolados y vegetación natural, albergaba una gran cantidad de aves, vinculadas a los ambientes agrícolas, que sufren un claro ocaso desde hace más de veinte años. En general, en toda Europa, las aves que viven en los ecosistemas agrícolas tradicionales están padeciendo un claro declive poblacional. Su descenso poblacional se ha acelerado en las dos últimas décadas, con reducciones superiores al 50% en especies emblemáticas como el sisón, la ganga ibérica y la ganga ortega.

SISÓN – AVUTARDA – La llanura se vacía de pájaros y espera. El sur es el espejo donde se desnudan los inviernos. Roberto R. Antúnez
 

 

En Castilla y León, y especialmente en las campiñas vallisoletanas, habitan algunas de las poblaciones más relevantes de aves esteparias de Europa, como la avutarda común, el sisón común, la ganga ibérica, la ganga ortega y el cernícalo primilla (Falco naumanni). También otras especies agrícolas, antes comunes, han entrado en declive: el alcaudón real, la codorniz, la grajilla occidental, la calandria, la curruca rabilarga, la tórtola común, la carraca y el mochuelo europeos. Las aves son indicadoras de la salud ambiental, y el estado de sus poblaciones, por lo que su evolución nos indica claramente como está ambientalmente el medio natural y por supuesto, el medio agrícola.

¿Y por qué? Son numerosas las causas del retroceso de las poblaciones de aves agrícolas, pero todas se vinculan al cambio del modo de producción: se produce la industrialización de los sistemas agroganaderos. La intensificación de los cultivos, el uso de pesticidas que eliminan insectos y semillas, la desaparición de barbechos y lindes, la escasa rotación de cultivos, que no dejan descansar la tierra, y la mecanización de la siega —que destruye nidos y polluelos— son factores determinantes. Además, en algunos lugares. se suman el cambio de uso de la ganadería extensiva, que se simplifica, el cambio climático, la expansión de las energías renovables sobre terrenos esteparios y, en el caso de Nava del Rey, la pérdida de humedales del río Trabancos y las charcas próximas.

CERNÍCALO PRIMILLA – ALCAUDÓN REAL – Cielos azules. Inocencia del primer vuelo; tragedia presente. Taller de literatura.
 

Frente a este panorama, el municipio de Nava del Rey ha sabido convertido la nostalgia y el recuerdo de tiempos pasados en arte y denuncia. Bajo la dirección artística del pintor leonés Manuel Sierra, surgió “Muraves”, un proyecto impulsado por la Asociación Oropéndola y TRAGSA que ha llenado las calles de la localidad con trece murales dedicados a 22 especies de aves amenazadas o desaparecidas. Las pinturas, acompañadas de textos poéticos e información ambiental, representan al martín pescador, el sisón, la calandria, la carraca, el alcaraván y el alcaudón real, entre otras. Estas obras no solo embellecen el pueblo, sino que actúan como un ecomuseo vivo, recordando a vecinos y visitantes la urgencia de conservar lo que queda del patrimonio natural. Además, se consigue dinamizar la población, atrayendo un turismo sostenible, centrado en disfrutar de los valores naturales y culturales de nuestras estepas agrícolas, muchas veces tan ignoradas. Hay que poner en valor lo que se posee y se disfruta.

Pero no todo son sombras. En los últimos años, Nava del Rey también ha destacado por su éxito en campañas de anillamiento y recuperación de especies. La Asociación Oropéndola, mediante la instalación de cajas nido en cultivos, logró en 2025 un récord histórico, con 279 ejemplares anillados —principalmente cernícalos vulgares y lechuzas blancas—, contribuyendo al control biológico de plagas y al refuerzo poblacional de pequeñas rapaces. Estas iniciativas, junto con la educación ambiental y el arte público, son ejemplos de cómo la sensibilización puede coexistir con la actividad agraria y, por suerte, cada vez está más extendida.

GRAJILLA – Desde las ventanas más altas se veía la parte antigua del poblado en suave declive: tejas de arcilla invadidas de matojos, la torre, paredes de adobe mutiladas. José Manuel de la Huerga
 
CARNICERO COMÚN – MARTÍN PESCADOR – Vuelo hacia la verdad ocre de una pintura rupestre. Roberto R. Antúnez.
 

 

CARRACA EUROPEA – PÁJARO MOSCÓN – Un pájaro novato construye su nido, pone gran cuidado haciéndolo con mimo. Ahora se da cuenta. ¡Lo ha hecho del revés! De nuevo lo construye poniendo más interés. María Alonso Santamaría.
 

 

Este mural -pintado por Manuel Sierra- es la culminación del
«Voluntariado Ambiental, 2023», un proyecto para el control sostenible de plagas coordinado por la Asociación Oropéndola de Nava del Rey que contó con la participación de numerosas asociaciones, entidades y voluntarios de todas las edades y de diferentes municipios y provincias.
Está dedicado a los voluntarios/as del proyecto y a quienes aman el paisaje.
QUE LOS CIELOS NUNCA DEJEN DE SER PÁJAROS.
El mural se finalizó con alegría y entre amigos un sábado, 1 DE JUNIO DE 2024
 

El resto de la aves, y los singulares rincones que las acogen, deberás ir en su búsqueda a Nava del Rey (Valladolid).

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