El pasado sábado 24 de mayo, fui a censar las avutardas (Great Bustard, Otis tarda) del Nordeste de Segovia con mi amigo Sergio de Carabias. Aprovechamos para hacer birding. Salí desde Cedillo de la Torre, donde tengo mi casa rural, Casa Rural para grupos La Robliza.
Aunque estaba a ratos nublado, no llegó a llover. La tarde nos deparaba vistas como la de Fresno de Cantespino.
A la salida de uno de los pueblos de la comarca, un mochuelo (Little Owl, Athene noctua), nos miraba fijamente, e ignoraba a las urracas que, cómo él, descansaba en una torre de alpacas.
Al cruzar un arroyuelo, con algo de cobertura: matorrales y árboles, dos currucas nos deleitaban con su canto. La curruca capirotada, y la curruca zarcera. Parece que competían, a ver cuál de los dos canta mejor.
Las avutardas se nos resistían, pues no aparecían por ningún lado. Pero sí parecieron varios machos de sisones comunes (Little Bustard, Tetrax tetrax), con su canto territorial, en lugares visibles.
Entre alcaravanes, córvidos y corzos fue avanzando la tarde. Las avutardas no aparecían por ningún lado. En esta época del año, ya acabado el período de emparejamiento, las hembras están incubando aisladamente, y las machos se agrupan en bandos. Por ello, se hace difícil detectar hembras y, en poblaciones como las del Nordeste de Segovia, muy pequeñas, los machos se agrupan en muy pocos bandos, y por ello aleatorio encontrarlos.
Por el camino habitual, nos encontramos con el dormidero de alimoches (Egyptian Vulture, Neophron percnopterus). Este es un chopo seco, donde acuden a dormir alimoches de la zona. En esta época del año, acuden a dormir aves no emparejadas, en su mayoría subadultos, algunos nacidos el año pasado. Hasta diez alimoches he llegado a contar. En esta ocasión había algunos menos, och0 que iban a ocupar el dormidero. En los alimoches, cuanto más negros más jóvenes son. Existe una cita de un dormidero con ¡500! alimoches, cerca de Estambul, en el siglo 19, en un único árbol.
Vista general del dormidero.
Preparándose para dormir
Un ejemplar de vigía, arriba del todo.
Y justo al lado del dormidero, ¡el bando de diez avutardas machos! Posiblemente, toda la población de machos de avutardas del Nordeste de Segovia. todos juntos, en el cereal, alimentándose, y preparándose para pasar la noche.
Pasaban al lado de un alimoche del año pasado, que todavía no había ido al dormidero.
Un macho de avutarda que posó para la cámara. Ya están perdiendo el espléndido plumaje nupcial.
Por fin, las encontramos. Y ya de noche, nos retiramos a buscar anfibios. Pero esa es otra historia.